Ayer se inició el protocolo de diciembre:
Aunque parezca raro o irónico, fue una gran forma de iniciar el mes, un gran avance para mí; ¿haciendo qué? No ingiriendo medicina, no meditando, no viendo -otro- video de autoconocimiento. Irónico, muy irónico. ¿Controversial? También.
Porque, al contrario de lo que socialmente puede que "esté bien" o "esté mal", en mi caso, el mío, el mío en específico, M Í O (y lo pongo en mayúsculas para que se aclare el punto y no se malentienda), más allá de otro curso, de otra meditación, lo que me toca a mí es I N T E G R A R. Integrar, aplicar las enseñanzas en todos los aspectos de la vida. Integrar en los aspectos profundos y decisivos, integrar en lo cotidiano, en lo mundano.
Y no digo que no lo haya hecho antes, al contrario, me honro y me agradezco por todo lo que he avanzado, todo lo que he caminado, todo lo que he evolucionado, sólo que, justamente hoy, se me presentó la oportunidad de reencontrarme con unos familiares con los que no compartía coexistencia desde hace casi 2 años. Y, más allá de postergar el "aplicar las lecciones" por otra lección más, decidí "ejercer", "aplicar las lecciones" de una vez por todas. Confrontar estas situaciones incómodas que, en otros momentos me hubieran destrozado y, de una vez por todas, honrar todas estas enseñanzas que los niños santos, las meditaciones, las limpiezas, las múltiples purgas, las tantas terapias y sesiones, han mostrado y han trascendido en mí. Fue, al fin aplicar el conocimiento, la teoría a la práctica. Y me siento muy feliz y agradecida conmigo, por todo lo que he observado, todo lo que he absorbido, todo lo que he procesado, todo lo que he entendido, y ahora, todo lo que he aplicado.
Me agradezco a mí, a la fuente, a la materialización de ella en sus distintas formas: de niños santos, de hierbas, de flores, de aguas, de vegetales, de compañía, de amor humano y de todas las formas en las que toma materia. Así que, gracias, gracias a todo, gracias al todo, gracias a todos los que han contribuido en mi evolución, en mi sanar.
Me amo,
Los amo,
¡Nos amo!
¡Buen viaje a todos los seres!
Atte: un ser llamado Feer
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