De tantas veces que estuve en sombra, olvidé cómo se siente el calor, cómo se siente la luz, cómo se siente ser luz.
“Qué triste, qué devastación”, dice el ego de forma sarcástica. Ese ego que tanto le encanta permanecer en lo que ya está acostumbrado. Ese ego que tanto disfruta la repetición, los caminos ya conocidos en los que, a pesar de ser caminos insanos para el alma, para el mismo ego, prefiere quedarse por el único y simple hecho de ser algo conocido. “Qué tontería”, se contesta de nuevo el ego. “Qué absurdo permanecer en un lugar insano, sabiendo que es insano por el simple de hecho de ser lo ‘ya c o n o c i d o’.”
Dice el dicho ‘más vale malo conocido que bueno por conocer.’ “¡¿QUÉ RAYOS?!”, grita ese sentipensar que aboga todo el tiempo dentro de nuestro ser la toma de mejores decisiones que nos lleven a un camino más sano, menos denso.
“¡¿Cómo rayos el ego preferiría tomar el camino que lo lleva al vacío, al dolor y sufrimiento en lugar de tomar los nuevos caminos que llevan al ser, al mismísimo ego, a un mejor lugar?! ¡¿Por qué?!, mejor dicho, ¡¿Para qué?! ¿Para qué tomar el camino denso del dolor en lugar de abrirse a nuevas posibilidades más sanas?”, se repregunta ese sentipensar.
“Nuevas posibilidades; nuevas. Ese es el gran y maravilloso detalle. El hecho de que sean nuevas, que sean d e s c o n o c i d a s es lo que tanto tanto le aterra el ego. Salirse de esos caminos conocidos, a pesar de ser dañinos y abrirse a caminos más amorosos pero d e s c o n o c i d o s , es lo que permanece al ego y, por ende, a otros caminos neuronales en esa repetición dañina. El terror de aventurarse a lo nuevo es lo que no permite avanzar al ego y, por ende, a las demás partes del ser.”, se sincera el ego.
A veces implementar hábitos en la cotidianidad como hacer ejercicio físico, mental, mejorar la alimentación, iniciar procesos terapéuticos (de las miles de alternativas ya existentes), es más que suficiente. A veces no.
A veces sí se necesita un soporte neuroquímico que ayude a la sinápsis a encontrar nuevas redes de comunicación para mejorar la salud del ser. A veces, el aceptar la ayuda de los grandes regalos, de la gran tecnología creada por la madre Tierra sí es necesario. A veces sí se necesita que, además de la implementación de nuevos hábitos, lleguen los niñxs santxs a la ruptura de viejos caminos dañinos y la creación de nuevos caminos más saludables. Nuevas redes neuronales más sanas. Redes neuronales que encaminen al bienestar. Que sean el bienestar.
Gracias, madre Tierra por esta gran tecnología. Gracias por permitirnos acceder a ella. Y gracias, por permitirnos encontrar nuevos caminos más ligeros, más amorosos, más llenos de luz.
-un ser llamado Feer
Poder ser luz luego de tanta sombra; Fer, qué palabras tan poderosas. Me conectaron a mi primer viaje de hongos donde los niños santos (despues De matarme), me mostraron miles de vidas pasadas y, una de ellas fue siendo un meteorito o planeta.
Fue mucha oscuridad, vacío, frío y soledad en la nada durante mucho tiempo y, cuando sentí una luz en lo muy, muy lejano, aprecié mucho al amor que es luz, calor, vida… gracias por tan bella nota.
7am leyéndote mientras tomo el Sol de frente. ¡Sigue con esto! Gracias